Las perlas, gemas del mar
Las perlas no son más que unas bolas de un tamaño pequeño que se generan en el interior blando de ciertos moluscos. Se trata de esferas de nácar, un elemento contundente y resistente en color blanco que con la luz refleja algunos brillos y otras tonalidades más claras y más oscuras. Para que una perla se forme es necesario que una sustancia ajena se introduzca en el interior de la concha, ésta, como método de protección, la oculta gracias a la producción de nácar, una década después aproximadamente la partícula extraña habrá quedado completamente cubierta et voilá ¡ha nacido una nueva perla!
Una joya elegante, delicada y un claro símbolo femenino gracias a la utilización de las perlas en joyería. Su uso no solo se limita al sector joyero, el polvo de estas también están presentes en la cosmética, la limpieza, la decoración, fueron utilizadas antaño en la cocina e incluso como moneda de cambio. Este polvo, gracias al calcio y a las proteínas que lo componen, es conocido como un exfoliente natural para cuidar la piel, reducir las arrugas, reestablecer el colágeno, reducir las manchas y el acné, étc.
Tipos de perlas
- Cultivada: La producción de perlas cultivadas se realiza principalmente en Japón. Este proceso consiste en introducir un elemento ajeno de forma manual y artificial para que la ostra comience a generar el nácar naturalmente.
- Majorica: Se trata de perlas orgánicas. El procedemiento es el siguiente: Un cuerpo de cristal opalino se cubre capa por capa de forma cuidadosa con esencia perlera. Este tipo son un emblema en el universo gemológico, el proceso es sometido a rigurosos controles de calidad de forma que la gama de color sea la misma así como su brillo y resistencia.
- Japonesa: Son originarias de Japón. Su cultivo es lento y su crecimineto delicado por eso son las más valoradas en el mecado de la joyería. Se utilizan especialmente para la fabricación de pendientes con una forma curiosa relacionada con el nacimiento de la perla: Al crecer pegadas a la concha no son completamente redondas sino que posee una parte de la esfera plana. Pueden variar de tonalidad siendo blancas, rosas o beige.
- Australiana: Más conocidas como «La reina de las perlas», tienen un tamaño que oscila entre los 10 y los 30 milímetros. Su cultivo, que puede prolongarse hasta 8 años, es natural en zonas de dificil acceso hace que sean de las más valoradas en joyería.
- Mabe: Estas gemas son orgánicas y se cultivan en Japón, Australia e Indonesia. Su característica principal es que están huecas y se forman introduciendo un elementos ajeno pero dejándolo un tiempo menor, de este modo, el interior no es macizo.
Cuidado de las perlas
Ya que su hábitat natural es el agua es imprescindible humedecer las perlas para evitar que se resequen y puedan llegar a agrietarse. Es importante no limpiarlas con ácidos que pueden arrebatarle el brillo natural o incluso hacer que la perla se extinga.
