Para muchas de nosotras, sobre todo las que ya hemos pasado sobradamente la barrera de los 30 y hemos protagonizado una vida más allá del Facebook o el Instagram, la llegada del verano o las vacaciones suponía toda una preparación, no sin cierto encanto, de cámaras, carretes, el posterior proceso de revelado… (todo ello incluyendo las míticas cámaras desechables, que seguro que más de una ha utilizado alguna vez en sus años mozos para ir de campamento o para salir de fiesta y capturar situaciones inolvidables). Todo un ritual que culminaba con una limitada selección de fotos de los mejores (o peores) momentos de cualquier ocasión especial. Porque es verdad que, hasta el final, nunca sabíamos realmente qué imágenes iban a aparecer por ahí (y, mucho menos, cómo habíamos salido)… Aún así, ¡incluso nos currábamos un album por año o por temporada que seguimos conservando con gran cariño (y enseñando a quien se deja) en algún rincón de nuestra casa!
Ahora, con la gran revolución digital, lo más parecido a una «máquina de fotos» (sí, sí, reconoce que tú también la has llamado así) es una cámara digital con una tarjeta de memoria interminable en la que podemos guardar millones de imágenes en cada viaje, por supuesto repitiendo una y otra vez cada instantánea hasta encontrar la pose capaz de cumplir todas nuestras expectativas. Porque, total, «¡ya después podemos borrar todas las fotos que no nos gusten!«.
La evolución final de este proceso, en el que nos encontramos hoy totalmente enfrascadas (nos guste o no), es el selfie y el «no sin mi teléfono móvil». Porque, ¿quién no ha tenido alguna vez en su perfil de Whatsapp una favorecedora autofoto o quién no ha tirado de móvil hasta en el día de su boda?
La cuestión es que, sea como sea el tipo de foto que te guste o que exijan las circunstancias, existen una serie de trucos y consejos infalibles para salir bien en todas tus instantáneas. Y nosotros, como sabemos que no todas tenemos la «suerte» de ser una modelo experimentada y de éxito en estos menesteres, queremos ofrecerte las claves para conseguir, sí o sí, la pose perfecta en cada ocasión.
Adoptar una buena postura: clave fundamental
Un mantra esencial con el que ya insistía tu madre en la adolescencia: ¡ponte recta! Por tanto, retoma este consejo y, para tus fotos de cuerpo entero, estírate mucho, coloca los hombros hacia atrás y saca un pelín el culo. Para tus primeros planos y selfies, y para evitar una papada gratuita, haz todo lo contrario a lo que tendemos a hacer, que no es otra cosa que subir la barbilla. Si de verdad quieres evitar la temida «cara de pan», baja la barbilla e inclina un poco la cabeza. Pero recuerda no exagerar con ninguna de estas posturas para que no dé la sensación de que estás resultando forzada.
No mirar de frente a la cámara
Debemos evitar a toda costa hacernos fotos completamente de frente, ya que este tipo de pose suele arrojar resultados muy poco favorecedores. La mejor opción es ladear un poco la cabeza, evitando mirar fijamente a la cámara, con lo que conseguiremos resaltar las facciones de nuestro rostro y que, por lo tanto, nos veamos mucho más favorecidas en nuestras fotos. Insistimos, sin exagerar y que parezca que te ha dado un ataque de tortícolis…
Jugar con tu mirada
Un truco que los expertos suelen recomendar es el de sonreír con la mirada. Consiste en concentrar la intensidad en los ojos para que no se nos quede la mirada sin vida. Para lograrlo, hay que entrecerrar los ojos con el objetivo de conseguir una mirada interesante. ¡Eso sí, cuidado con pasarse con el gesto y parecer que estás dormida o medio cegata! Recuerda que no estás posando para el Vogue, por lo que lo importante siempre es parecer natural.
Busca tu pose más divertida
Una premisa básica para todas las facetas de tu vida: sé tú misma. Haz el tonto si te lo pide el cuerpo, busca algún gesto divertido o simplemente disfruta del momento foto. Y es que la normalidad está infravalorada, por lo que posa como se espera por el contexto o, simplemente, como te apetece. Recuerda que siempre que salgas relajada y natural vas a aparecer mucho más favorecida en tus fotos, así que olvídate de tu poca fotogenia (ésa a la que siempre echas mano como excusa) y déjate llevar por la magia del momento. ¡Que se note que estás de vacaciones!
Una orden adicional: nada de morritos, por favor. Te lo aseguramos, ¡han pasado de moda (por fin) y no resultan un gesto especialmente favorecedor!
Cuidado con los fondos (¡especialmente en los selfies¡)
Si eres adicta a los selfies y te vas haciendo autofotos allí por donde pasas, por favor, ten ciertas reservas. Por ejemplo, prohibido hacerse selfies en lugares tan inapropiados como el baño. Fondos con ropa interior, calcetines, la escoba o la espalda de tu chico al descubierto no aportan a tus fotos mucho glamour ni, por supuesto, interés.
Además, un consejo fundamental: si eres de las que publica todo en redes sociales, cuidado con quien compartes tus fotos…
Con estos consejos, seguro que tus fotos de estas vacaciones serán todo un abanico de buenos recuerdos en los que, además de presumir de planes, podrás lucir tu mejor cara. Y si quieres añadir a tus imágenes un aire cuidado y diferente, por supuesto no dejes de visitar nuestra tienda online. Porque tus fotos, con un buen look y con los complementos y piezas de joyería apropiados, tendrán además un toque de estilo perfecto.